La función de relación: nos proporciona información sobre lo que sucede a nuestro alrededor y nos permite actuar en consecuencia.
Por tanto, no sólo es todo aquello que percibimos por nuestros sentidos, sino que también consiste en la respuesta que damos a esos estímulos.
Ejemplo sobre el funcionamiento de la función de relación:
Suena el teléfono y contestamos.
Nuestros oídos captan el sonido del teléfono y esa información llega al cerebro a través de los nervios.
El cerebro valora la situación y emite una respuesta adecuada (nos levantamos y vamos hacia el teléfono).
Los ojos captan la luz emitida por el teléfono y envían la información al cerebro. El cerebro interpreta la información y ordena a nuestro dedo que toquemos la pantalla o apretemos el botón correspondiente.
¿Queda claro? La función de relación no sería sólo el ruido del teléfono o la luz de la pantalla, sino también cómo se interpreta esa información y qué hacemos al respecto.
ÓRGANOS, SISTEMAS Y APARATOS QUE INTERVIENEN
Los órganos de los sentidos: captan la información.
El sistema nervioso: transmite la información recibida y toma las decisiones adecuadas a cada estímulo. También envía órdenes a los órganos que ejecutan esas órdenes.
Está formado por el encéfalo, la médula espinal y los nervios.
El aparato locomotor: permite al cuerpo moverse y responder a los estímulos. Sistema esquelético y muscular.
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